domingo, 16 de mayo de 2010

NO CULPES A LOS JÓVENES


NO CULPES A LOS JÓVENES

Leemos en el periódico y escuchamos en la radio de asesinatos, robos y crimen dondequiera. Suspiramos y decimos al notar esta situación. "¿Hasta dónde llegará esta generación?
Pero… ¿Podríamos decir que es culpa de ellos solamente? ¿Somos menos culpables nosotros, quienes ponemos en su camino demasiadas cosas que los pueden desviar?
Mucho para gastar y mucho tiempo ocioso. Muchas películas de crimen y pasión. Muchos libros que no vale la pena leer. Muchas maldad en lo que nos escuchan decir. Muchos sitios de drogas y barras. Muchos autos de carreras. Muchas razones para envolverse en las gangas. Y demasiados padres que no se quedan en casa.
Jóvenes no hacen las películas, ni escriben los libros que pintan un retrato gris de gangas y criminales. Los jóvenes no hacen licor, ni compran los automóviles, no escriben las leyes, ni establecen las barras. Ellos no venden las drogas que destruyen su mente, eso lo hacen los adultos por la avaricia de hacer dinero.
Nos asustamos de su conducta, nos espantamos de sus crímenes, y nos entristecemos de vivir en estos tiempos peligrosos.
Por la regla del inocente, el Salvador del mundo nos deja saber. "Quién hay de entre nosotros que pueda tirar la primera piedra? "Recuerda estas palabras porque sí son verdaderas, el título "Delincuente" también le queda al adulto.
No culpes…

ORA…


ORA A DIOS EN TODO MOMENTO

Ora aunque no tengas ganas!!! Te tomará un minuto. Tú nunca sabes cuando Dios te bendecirá!!! Las buenas cosas pasan cuando menos te lo esperas!!!
♥ Amado Señor, Te doy gracias por este día. Te doy gracias porque puedo ver y escuchar esta mañana. Estoy bendecida (o) porque tú eres un Dios de perdón y comprendes, tú has hecho tanto por mí y por otros, soy bendecida (o) porque tú sigues bendiciéndome. Perdóname este día por todo lo malo que haya hecho, dicho o pensado que no haya sido de tu agrado. Pido por tu perdón. Mantenme salva (o) de todo daño y peligro. Ayúdame a empezar este día con una nueva actitud y gratitud. Déjame hacer lo mejor de uno y cada día para aclarar mi mente, que pueda yo oírte. Por favor, aclara mi mente que pueda yo aceptarte, no me dejes quejarme por cosas que no puedo controlar. Y dame la mejor respuesta cuando me empujen fuera de mis límites. Yo sé que cuando no puedo orar, tú escuchas mi corazón. Continúa usándome para ti. Continúa bendiciéndome para que pueda ser una bendición para otros. Mantenme fuerte para ayudar al débil. Mantenme en buen espíritu que pueda tener palabras de consuelo para otros. Yo oro por esos que no pueden encontrar el camino. Yo oro por esos que son juzgados y calumniados. Yo oro por eso que no te conocen íntimamente. Yo oro por esos que no creen. Pero te doy gracias porque creo en ti. Creo que Dios cambia la gente y cambia situaciones. Yo oro por todos mis hermanos y hermanas. Por cada uno y todas las familias. Yo oro por paz, amor y felicidad en sus hogares, que salgan de deudas y suplas sus necesidades. Yo oro todo ojo que lea estas palabras y sepa que no hay problema, circunstancia o situación que no exista para Dios. Toda batalla está en tus manos, para que la pelees. Yo oro que estas palabras sean recibidas en gran bendición, sanidad, paz y bonanza a cada lector en el nombre de Jesús.
Señor, te amo y te necesito, llena mi corazón, por favor. ♥
Dios te bendiga!

HOY... CAMINARÉ POR LA AVENIDA DE LA ORACIÓN




HOY... CAMINARÉ POR LA AVENIDA DE LA ORACIÓN
"Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de Nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra" Efesio 3:14.

La oración es la avenida maravillosa para recorrer y entrar en el país de la sanidad. Cuando me acerco a Dios y digo, Oh Señor, que sea hecha tu voluntad, mi personalidad y mi naturaleza más profunda toda el lugar santísimo.

La oración me hace como niño, porque me hace depender del Padre celestial, en quién pongo toda mi confianza. Sé, sin embargo, que mi gran lucha en este día es comenzar sin oración y sin mi tiempo de meditación, porque la sociedad en la que vivo, los periódicos, la televisión, las conversaciones y los compromisos intentaran echar al piso el tiempo que necesito pasar en oración. Pero hoy quiero primero que nada caminar por las veredas de la oración.

La vida es dura en sí misma y por ello debo tener mi tiempo de oración para enfrentar la dureza de esta vida. Hoy no quiero escoger la oscuridad del mundo, más buscar la luz de Dios a través de la avenida de la oración. Hoy he elegido regocijarme en la presencia de Dios. Regocijarme en el hecho de su crucifixión y resurrección.

Es fácil tener fe en Dios cuando la vida se despliega en la manera como nosotros queremos, pero el verdadero poder de la fe se ve actuar cuando parece que nuestras oraciones no so contestadas y sólo lo que rodea nuestra vida es la imagen de los tres días de crucifixión. Sin embargo, si persisto en la avenida de la oración, a pesar de las sombras que puedan rodearme al final esa avenida me llevará a la gran plaza de la mañana de la resurrección. Y entonces comprenderé que la esperanza no se pierde.

Cuando camino por la avenida de la oración entonces mi mente se alinea con la mente de Dios. Cuando recuerdo que soy un hijo de Dios, entonces mi mente se alinea con Dios y puedo ver que el poder que abrió el Mar Rojo, cuando Moisés oró, es el mismo poder que rodea mi vida. Hoy quiero alinear mi mente con la mente de Dios y la única manera de hacerlo es caminando por la avenida de la oración.


Gracias Señor, porque me has dado el regalo de la oración.

Amén