viernes, 29 de enero de 2010

Los tres arboles

 
LOS TRES ARBOLES
Había una vez tres árboles en la colina de un bosque.  Hablaban de sus sueños y esperanzas.  
El primero dijo: -Algún día seré un cofre de tesoros.  Estaré lleno de oro, plata, y piedras preciosas.  Estaré decorado por labrados artísticos y talados finos, tods verán mi belleza.

El segundo árbol dijo: -Algún día seré una poderosa embarcación.  Llevaré a los más grandes reyes y reinas a través de los océanos, e iré a todos los rincones del mundo.  Todos se sentirán seguros por mi fortaleza y mi poderoso casco.

Finalmente, el tercer árbol dijo:  -Yo quiero crecer para ser el más recto y grande de los árboles en el bosque.  La gente me verá en la cima de la colina, miraran mis poderosas ramas y pensaran en el Dios de los cielos, y cuan cerca estoy de alcanzarlo.  Seré el más grande árbol de todos los tiempos y la gente siempre me recordará.

Después de unos años en que los árboles oraban para que sus sueños se conviertieran en realidad, un grupo de leñadores vino donde estaban los árboles.  Cuando uno vio al primer árbol dijo: -Este parece un árbol fuerte, creo que podría vender su madera a un carpintero, y comenzó a cortarlo.  El árbol estaba muy feliz debido a que sabia que el carpintero podría convertirlo en un cofre para tesoros.  El otro leñador dijo mientras observaba al segundo árbol:  -Parece un árbol fuerte.  Creo que lo podré vender al carpintero del puerto.  El segundo árbol se puso muy feliz porque sabía que estaba en camino de convertirse en una poderosa embarcación.  El último leñador se acercó al tercer árbol.  Este estabaq muy asustado pues sabía que si lo cortaba su sueño nunca se volverí realidad.  El leñador dijo entonces: -No necesito nada en especial del árbol que corte.  Así que tomaré este.  Y cortó el tercer árbol.

Cuando el primer árbol llegó donde el carpintero fue convertido en un cajón de comida para animales, y fue puesto en un pesebre y llenado con paja.  Se sintió muy mal pues eso no era por lo que tanto había orado.

El segundo árbol fue convertido en una pequeña balsa de pesca, ni siquiera lo suficientemente grande para navegar en el mar, y fue puesto en el lago.  Y vio como su sueño de ser una gran embarcación cargando reyes había llegado a su final.

El tercer árbol fue cortado en largas y pesadas tablas dejado en la oscuridad de una bodega. 

Años más tarde los árboles olvidaron sus sueños y esperanzas por las que tanto había orado.
Entonces un día un hombre y una mujer llegaron al pesebre.  Ella dio a luz un niño y lo colocó en la paja que había dentro del cajón en que fue transformado el primer árbol.  El hombre deseaba haber podido tener una cuna para su bebé; pero esta cumplía su labor y protegió al bebé.
El árbol sintió la importancia de este acontecimiento y supo que había contenido el más grande tesoro de la historia.

Años más tarde un grupo de hombres entraron en la balsa en la cual se había convertido el segundo árbol.  Uno de ellos estaba cansado y se durmió en la barca. Mientras ellos estaban en el agua una gran tormenta se desató y el árbol pensó que no sería lo suficientemente fuerte para salvar a los hombres.  Los hombres despertaron al que dormía y este se levantó y dijo: -¡Calma, quedate quieto! Y la tormenta y las olas se detuvieron.  En ese momento el segundo árbol se dio cuenta de que llevaba al Rey de reyes y Señor de señores.

Finalmente, un tiempo después alguien vino y tomo al tercer árbol convertido en tablas.  Fue cargado por las calles al mismo tiempo que la gente escupía, insultaba, y golpeaba al Hombre que lo cargaba.  Se detuvieron en una pequeña colina y el Hombre fue clavado al árbol y levantado para morir en la cima de la colina.  Cuando llegó el domingo, el tercer árbol se dio cuenta de que el fue lo suficientemente fuerte para permanecer erguido en la cima de la colina y estar tan cerca de Dios como nunca, porque Jesús había sido crucificado en el.

Cuando parece que las cosas no van de acuerdo a tus planes, debes saber que siempre Dios tiene un plan para ti.  Si pones tu confianza en Él, te dará grandes regalos a su tiempo.  Recuerda que cada árbol obtuvo lo que pidió, solo que no en la forma en que pensaba.  No siempre sabemos lo que Dios planea para nosotros, solo sabemos que sus caminos no son nuestros caminos; pero ¡Sus caminos siempre son los mejores!.

Dios te bendiga!  

"Hoy mi mejor amigo..."

"HOY MI MEJOR AMIGO..."

Cuenta una leyenda árabe que dos amigos viajaban por el desierto.  En un determinado punto del viaje discutrieron, y uno le dió una bofetada al otro.  Este, profundamente ofendido, sin decir nada, escribió en la arena.





"Hoy mi mejor amigo me pegó una bofetada en el rostro"

Siguieron adelante y divisaron un oasis.  Torturados por la sed, ambos echaron a correr y el primero que llegó se tiró al agua de bruces sin pensarlo y de pronto, comenzó a ahogarse.
El otro amigo se tiró al agua enseguida para salvarlo.  Al recuperarse, tomó un estilete y escribió en una piedra y escribió:

 

"Hoy mi mejor amigo me salvo la vida"

Intrigado, el amigo le preguntó: -¿Porqué después que te lastimé, escribiste en la arena, y ahora escribes e una piedra?

Cuando un gran amigo nos ofende, debemos escribirlo en la arena, porque el viento del olvido se lo lleva; en cambio cuando un amigo hace algo grandioso, debemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón... donde ningún viento en todo el mundo pueda borrarlo..."

Nunca te Desanimes

 
NUNCA TE DESANIMES

El único sobreviviente de un naufragio llegó a la playa de una diminuta y deshabilitada isla.  Pidió fervientemente a Dios ser recatado, y cada día escudriñar el horizonte buscando ayuda, pero no parecía llegar.

Cansado, finalmente opto por construirse una cabaña de madera para protegerse de los elementos y almacenar sus pocas pertenencias.

Entonces un día, tras merodear por la isla en busca de alimento, regresó a su casa para encontrar su cabañita envuelta en llamas, con el humo ascendiendo hasta el cielo.  Lo peor había ocurrido, lo había perdido todo. Quedó anonadado de tristeza y rabia.  "Dios, como pudiste hacerme esto" - se lamentó.
Sin embargo, al día siguiente fue despertado por el sonido de un barco que se acercaba a la isla.  Habían venido a rescatarlo.

"¿Cómo supieron que estaba aquí? -preguntó el cansado hombre a sus salvadores.  "Vimos su señal de humo" -contestaron ellos.

Es fácil descorazonarse cuando las cosas marchan mal, pero no debemos desanimarnos porque Dios trabaja en nuestras vidas aun en medio del dolor y sufrimiento.

Recuerda la próxima vez tu cabaña se vuelva humo, puede ser la señal de que la ayuda y gracia de Dios viene en camino.

Que la paz reine en tu hogar.  Dios te bengiga!

Niño hablando con Dios


 UN NIÑO HABLANDO CON DIOS
En  Nueva York un niño de 10 años estaba parado, descalzo,  frente a una tienda de zapatos, apuntando a través de  la ventana y temblando de frío. Una señora se acercó  al niño y le dijo:
- "Mi  pequeño amigo, ¿qué estás mirando con tanto interés en  esa  ventana?"
La  respuesta fue:
- "Le  estaba pidiendo a Dios que me diera un par de  zapatos." La señora lo tomó de la mano y lo llevó  adentro de la tienda, le pidió al empleado que le  diera media docena de pares de calcetines para el  niño. 
   Preguntó  si podría prestarle una palangana con agua y una  toalla. El empleado rápidamente le trajo lo que pidió.  La señora se llevó al niño a la parte trasera de la  tienda, se quitó los guantes, le lavó los pies al  niño, le puso un par de calcetines y le compró un  par de zapatos. Juntó el resto de los calcetines y se  los dio al niño. Ella acarició al niño en la cabeza y  le dijo:
- ¡No  hay duda, pequeño amigo, que te sientes más cómodo  ahora!' Mientras ella daba la  vuelta para marcharse, el niño  la alcanzó, la tomó de la mano, y mirándola con  lágrimas en los  ojos, le preguntó: 
"¿Es  usted la esposa de Dios?"

Sé humilde delante de Dios

 
SE HUMILDE DELANTE DE DIOS

SANTIAGO 4:10 "Humillaos delante del Señor, y él os exaltará."


Cuando más solo te sientes, y piensas que nadie 
Tiene solución a tus problemas.  
Cuando todo se te viene arriba, 
Cuando nadie te entiende.
Cuando nadie sabe realmente lo que sientes
En lo más profundo de tu corazón y te juzgan,
Dios te dice: "¡Hijo mío, aquí estoy para ayudarte! 
¡Nunca te dejaré solo!
*Sé cómo te sientes, y sé que piensas 
Que no hay solución;
*Pero tengo la solución para todos tus problemas.
*Cuando más solo te sientes, yo estoy contigo.
*Sé que estás pasando por pruebas 
Difíciles, pero confía en mí;
Y te libraré de todos tus problemas 
Y te daré la victoria.
*Cuando pienses que nada volverá a brillar,
Yo estaré ahí para darte la luz que 
Necesitas y alumbraré tus días.
*¡Ten fe en mí! ¡Yo estoy ahí!
*Te oigo.  Sé tú problema.
*¡Solo confía en mí!"

 Esta mañana sé que necesitas fuerza para continuar, para salir y enfrentar la vida.  Quiero decirte desde lo más profundo de mi corazón que solo se puede hacer confiando todo en las manos de Dios, incluso tu propia vida.

Evita angustiarte por lo que ha pasado y por lo que hoy vendrá.  Él ya tiene la solución por adelantado

Comentario:

En el Antiguo Testamento presenta a Jacob engañado por su suegro Labán y le entrega a Lea por su hermana Raquel.  Jacob le reclamó y él le dijo que Raquel era menor que si queria a Raquel que trabajara para él siete años más.  Jacob aceptó la oferta.  Lea la primera esposa de Jacob y era menospreciada todo el tiempo.  Cuando pasaron los siete años Jacob se casó con Raquel; porque él la amaba tanto que Dios se compadeció de Lea y le dió hijos después que su hermana se casó con Jacob.  De hay en adelante Jacob tenía una lucha porque Raquel quería tener hijos, ya que, Raquel tenía envidia  a su hermana Lea.  Al Lea ver que Dios se compadecía de ella por el desprecio le permitió que tuviera más hijos.  Lea al ver que Dios estaba con ella se exaltó tanto que Dios le cerró la matriz.  Y al pasar de los tiempos un día Raquel afligida y angustiada que deseaba tener hijo Dios escucho sus oraciones y le concebió un hijo llamado José.  Raquel se levantó su orgullo contra su hermana Lea.  Dios vió a Lea que era rechazada nuevamente le concebió dos hijos más.  

Un día a Jacob se le aparece un ángel diciendo del engaño que su suegro Labán hizo.  Jacob decidió huir a Canaan.  Pero durante la estadía en el Monte Galaad Labán encuentran a Jacob y a su familia acampando.  Dios le aparece a Labán y le dijo que no hicieze daño a Jacob su siervo.  Labán le reclamó a Jacob por su ídolo y él no tenía conocimiento de lo ocurrido (la cual Raquel le había hurtado y por causa le costó la vida).  Raquel tuvo a Benjamín y murió en el acto.

Aunque la gente te rechaze Dios siempre nos recogerá; porque Dios es misericordioso que nunca desampará a nadie por eso no te tienes que sentir humillado delante de la gente.  Al contrario Dios busca a los contrito de corazón para ponerlo en Alto y castiga a los que hacen maldad.  Así pasó con José el hijo de Jacob y Raquel fue vendido a Pontifar de Faraón en Egipto.  Dios tuvo cuidado de José a pesar del dolor, tribulación y sufrimiento por la separación drástica de sus seres queridos.   Dios lo puso en lo más Alto y lo hizo gobernador en todo Egipto para que cuando viniera el gran hambre.  Los hermanos que vendieron a José al llegar al lugar por la hambruna que había en el lugar y ellos recibieron el castigo por el daño que le causaron a José e hizo que trajera a su hermano menor Benjamín para retirar el castigo.

El error de Jacob era que él apreciaba a José más que a los demás hermanos.  Debemos tener cuidado de lo que hacemos, de lo que hablamos; porque sin darnos cuenta hacemos que las cosas se peligre o se complique por la soberbia, el orgullo, el menosprecio y el altivez.

Debemos amar y a tratar a todos por igual.  Dios envió a su único hijo para morir por nuestros pecados.  El nació en carne, habló sobre el fin de los tiempos y murió por nuestros pecados al tercer día resucitó.  Antes de ir al cielo nos dejó un recado de que fueramos por todo el mundo a predicar la palabra a toda criatura para que cuando él regrese a buscar su iglesia nos encuentre haciendo la obra predicando el evangelio a toda criatura, Amén.  
Dios te bendiga!
Dios te bendiga!