jueves, 24 de junio de 2010

NO TE ACELERES





No aceleres la lluvia, ella tiene su tiempo cierto de caer y saciar la sed de la tierra.

No aceleres la puerta del sol, él tiene su tiempo de anunciar la noche hasta su último rayo de luz.

No aceleres tu alegría, ella tiene su tiempo de aprender con tu tristeza.

No aceleres tu silencio, él tiene su tiempo de paz después que los ruidos paren.

No aceleres tu amor, él tiene su tiempo de sembrar en la tierra árida de tu corazón.

No aceleres tu rabia, ella tiene su propio tiempo para expandirse en las aguas calmadas de tu conciencia.

No aceleres al otro, pues él tiene su tiempo para florecer a los ojos, pues él tiene su tiempo para florecer a los ojos del Creador.

No te aceleres a ti mismo, pues necesitas de tiempo para sentir tu propio crecimiento.

La Envidia





La envidia es muy nociva para nuestras vidas, perjudica nuestras vidas haciendo constantes comparaciones con otras personas. La envida no es sana. Si la persona a la que se le envidia tiene éxito o le va muy bien en su vida personal deseamos todo cuanto ella tiene...

La envidia entra por nuestra inseguridad ante lo que hacemos, necesitamos la aprobación de todos, estamos siempre queriendo hacer más cosas de las que podemos, y eso en un momento puede llegar a ser terriblemente agotador. Las personas que sufren este mal, quizás lo hacen sin querer o sin darse cuenta, pero debe ser algo muy terrible de vivir pues se sufre, se cae en la hipocresía, se dicen coas desagradables, y finalmente nos vuelve en personas destructivas.



Siempre que conoces una persona envidiosa seguro que te hará sufrir, pero es allí donde bebemos saber manejar este sentimiento tan destructivo...

Recuerda que la envidia es el miedo a no ser aceptado por nuestro entorno, es "inseguridad total en nosotros mismos". Hay que tratar de controlar tal resentimiento porque sólo traerá soledad a nuestras vidas...

Para poder lidiar con este sentimiento de frustración, recuerda que todos los seres humanos somos débiles, que todos tenemos algunos talentos que Dios nos regaló, y está en nosotras descubrir cuales son.


La envidia sólo nos traerá problemas, es difícil reconocer que "soy muy envidiosa" pero piensa en tu yo interno si lo eres o no. Trata de controlar la envidia, es como la más parecido a lo celos...


Agradezcamos cada día por lo que tenemos y carecemos. Tratemos de actuar bien con los demás, esforcémonos, y no nos comparemos con nadie porque siempre sentiremos que perdemos dejando lugar a que florezca ese feo sentimiento que es la envidia.


Busca en tu interior; haz cosas buenas y veras que muchas personas te admirarán más por tus lindas cosas que por tus feas actitudes. Sé feliz y aleja esos malos pensamientos, recuerda que siempre habrá mejores y peores personas que tú.


Nunca debemos compararnos con nadie, entender que somos únicos, e irrepetibles, TODOS somos hijos de Dios y tenemos que estar conformes con lo que hemos logrado, con los talentos que Él nos ha dado, brillemos o no, debemos estar felices disfrutando de este festín llamado Vida, algunas veces nuestro estado de ánimo no es bueno y no podemos VER las maravillas que nos rodean, no tenemos capacidad para contar nuestras bendiciones, que realmente son muchas.


Pero podemos pedir a Dios el Milagro de que sane nuestra alma, que sepamos darle gracias por todo lo que nos permite tener y sobre todo que aprendamos a saber agradecer también lo que tienen los demás, entonces sí conoceremos lo que es vivir en paz, y con plenitud total.



Nuestro deber si vemos a otros con esta grave enfermedad; es orar por ellos para que Dios quite esa envidia, malos pensamientos y malas influencia.  Que Dios lo limpie con su sangre preciosa; para que su alma se salve.


Dios te bendiga!