sábado, 19 de junio de 2010

BIENAVENTURADO ES EL QUE NO HALLE...


BIENAVENTURADO ES EL QUE NO HALLE TROPIEZO EN MÍ.

Mateo 10:5 "Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio."

Los ciegos ven milagros; porque había dos ciegos dando voces y dijeron:  ten misericordia  de nosotros, Hijo de David.  Y Jesús les dijo: ¿Creéis que puedo hacer esto?  Ellos dijeron: Sí, Señor.  Entonces Jesús les tocó los ojos diciendo: "conforme a vuestra fe os sea hecho".  Y los ojos de ellos fueron abiertos. Mateo 9:29-30

Los cojos andan; porque había un paralítico tendido en una cama; y al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico:  "Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados" Mateo 9:2.  Dijo:  "Levantate, toma tu cama y vete a tu casa" Mateo 9:6.   Entonces él se levantó y se fué a su casa. 

Los leprosos son limpiados: porque un leproso se postró ante él, diciendo:  "Señor, si quieres, puedes limpiarme".  Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: "Quiero, sé limpio".  Y al instante su lepra desapareció. Mateo 8:2-3

Los sordos oyen: porque en San Juan 10:3-4 "A éste abre el portrero, y las ovejas oyen su voz; y a su ovejas llama por nombre, y las saca.  Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz.

Los muertos son resucitados:  porque  Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro.  Era una cueva, y tenía una piedra puesta encima.  Dijo Jesús:  "Quitad la piedra.  Marta, la hermana del que había muerto, le dijo:  Señor, hiede ya, porque es de cuatro días.  Jesús le dijo:  "¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?  Quitaron la piedra y Jesús oró al padre que está en el cielo.  Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz:  ¡Lázaro, ven fuera!  Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario.  Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir. San Juan 11:38-40;43-44

Y a los pobres es anunciado el evangelio:  porque pasó Jesús de allí y vino junto al mar de Galilea; y subiendo al monte, se sentó allí.  Y se le acercó mucha gente que traía consigo a cojos, mudos, mancos, y otros muchos enfermos; y los pusieron a los pies de Jesús, y los sanó; de manera que la multitud se maravillaba, viendo a los mudos hablar, a los mancos sanados, a los cojos andar, y a los ciegos ver; y glorificaban al Dios de Israel.

Por tanto, amados Jesús declara en su Santa Palabra: "Bienaventurado es el que no halle tropiezo en mí".

Dios te bendiga!