viernes, 13 de noviembre de 2009

SALMO 37

EL CAMINO DE LOS MALOS 



NO te impacientes á causa de los malignos, Ni tengas envidia de los que hacen iniquidad.

Porque como hierba serán presto cortados, Y decaerán como verdor de renuevo.

Espera en Jehová, y haz bien; Vivirás en la tierra, y en verdad serás alimentado.

Pon asimismo tu delicia en Jehová, Y él te dará las peticiones de tu corazón.

Encomienda á Jehová tu camino, Y espera en él; y él hará.

Y exhibirá tu justicia como la luz, Y tus derechos como el medio día.

Calla á Jehová, y espera en él: No te alteres con motivo del que prospera en su camino, Por el hombre que hace maldades.

Déjate de la ira, y depón el enojo: No te excites en manera alguna á hacer lo malo.

Porque los malignos serán talados, Mas los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra.

Pues de aquí á poco no será el malo: Y contemplarás sobre su lugar, y no parecerá.

Pero los mansos heredarán la tierra, Y se recrearán con abundancia de paz.

Maquina el impío contra el justo, Y cruje sobre él sus dientes.

El Señor se reirá de él; Porque ve que viene su día.

Los impíos desenvainaron espada, y entesaron su arco, Para derribar al pobre y al menesteroso, Para matar á los de recto proceder.

La espada de ellos entrará en su mismo corazón, Y su arco será quebrado.

Mejor es lo poco del justo, Que las riquezas de muchos pecadores.

Porque los brazos de los impíos serán quebrados: Mas el que sostiene á los justos es Jehová.

Conoce Jehová los días de los perfectos: Y la heredad de ellos será para siempre.

No serán avergonzados en el mal tiempo; Y en los días de hambre serán hartos.

Mas los impíos perecerán, Y los enemigos de Jehová como la grasa de los carneros Serán consumidos: se disiparán como humo.

El impío toma prestado, y no paga; Mas el justo tiene misericordia, y da.

Porque los benditos de él heredarán la tierra; Y los malditos de él serán talados.

Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, Y aprueba su camino.

Cuando cayere, no quedará postrado; Porque Jehová sostiene su mano.

Mozo fuí, y he envejecido, Y no he visto justo desamparado, Ni su simiente que mendigue pan.

En todo tiempo tiene misericordia, y presta; Y su simiente es para bendición.

Apártate del mal, y haz el bien, Y vivirás para siempre.

Porque Jehová ama la rectitud, Y no desampara sus santos: Mas la simiente de los impíos será extirpada.

Los justos heredarán la tierra, Y vivirán para siempre sobre ella.

La boca del justo hablara sabiduría; Y su lengua proferirá juicio.

La ley de su Dios está en su corazón; Por tanto sus pasos no vacilarán.

Acecha el impío al justo, Y procura matarlo.

Jehová no lo dejará en sus manos, Ni lo condenará cuando le juzgaren.

Espera en Jehová, y guarda su camino, Y él te ensalzará para heredar la tierra: Cuando serán talados los pecadores, lo verás.

Vi yo al impío sumamente ensalzado, Y que se extendía como un laurel verde.

Empero pasóse, y he aquí no parece; Y busquélo, y no fué hallado.

Considera al íntegro, y mira al justo: Que la postrimería de cada uno de ellos es paz.

Mas los transgresores fueron todos á una destruídos: La postrimería de los impíos fué talada.

Pero la salvación de los justos es de Jehová, Y él es su fortaleza en el tiempo de angustia.

Y Jehová los ayudará, Y los librará: y libertarálos de los impíos, y los salvará, Por cuanto en él esperaron.

AMEN!

SALMO 91

MORANDO BAJO LA SOMBRA
DEL OMNIPOTENTE


El que habita al abrigo del Altísimo,
Morará bajo la sombra del Omnipotente.


Diré yo á Jehová: Esperanza mía,
y castillo mío; Mi Dios, en él confiaré.


Y él te librará del lazo del cazador,
 De la peste destruidora.

Con sus plumas te cubrirá,
Y debajo de sus alas estarás seguro;
 Escudo y adarga es su verdad.

No tendrás temor de espanto nocturno,
Ni de saeta que vuele de día;

Ni de pestilencia que ande en oscuridad,
Ni de mortandad que en medio del día destruya.

Caerán á tu lado mil, Y diez mil á tu
diestra: Mas á ti no llegará.

Ciertamente con tus ojos mirarás,
Y verás la recompensa de los impíos.


Porque tú has puesto á Jehová, que es mi esperanza.
Al Altísimo por tu habitación,
No te sobrevendrá mal,
Ni plaga tocará tu morada.


Pues que á sus ángeles mandará cerca de ti,
Que te guarden en todos tus caminos.


En las manos te llevarán,
Porque tu pie no tropiece en piedra.


Sobre el león y el basilisco pisarás;
Hollarás al cachorro del león y al dragón.


Por cuanto en mí ha puesto su voluntad,
yo también lo libraré: Pondrélo en alto,
por cuanto ha conocido mi nombre.


Me invocará, y yo le responderé;
 Con él estare yo en la angustia:
Lo libraré, y le glorificaré.


Lo saciaré de larga vida,
Y mostraréle mi salud.

AMEN!