jueves, 10 de junio de 2010

Aromas que cautivan

AROMAS QUE CAUTIVAN


Hubo un mujer que derramó un perfume de mucho valor (Lucas 7:37-38).  No fue un perfume común y corriente, era de "nardo puro", de gran precio (Mateo 26:7.) Eran 300 denarios, eran 12 meses de sueldos en la actualidad!!! (Marcos 14:5).-

¿Si supieras que Jesús va a ir a la casa de un amigo, tendrías la misma actitud de esta mujer que derramó lo más costosa posesión que tenía? Hoy cuidamos mucho "lo nuestro" es como que estamos muy apegado a lo material, al valor agregado que le da la sociedad a las cosas.-

Recordemos cuando Dios le pidió a Abraham la vida de Isaac en ofreda...

Nunca es un desperdicio si tu corazón late con la pasión de la adoración genuina.-

CRISTO TE AMA!



CRISTO TE AMA!

Quiero entregarte mis sueños...
Tu voluntad has en ellos,
mi corazón te lo entrego...
Enamórame de ti,  
Quiero aprender a escucharte...
Quiero aprender que es amarte...
De tu verdad yo saciarme...
Enamórame de ti, Señor!
Que tu presencia me inunde...
Haz de mí un hombre nuevo
Cambiame, renuévame
enamórame...
Enamórame de ti, Señor!
Quiero entregarte mis sueños..
Tu voluntad has en ellos,
mi corazón te lo entrego...
Enamórame de ti,
Quiero aprender a escucharte...
Que tu presencia me inunde...
Haz de mí un hombre nuevo
Cambiame, renuévame
enamórame...
Enamórame de ti, Señor!

Detrás de cada cosa

DETRAS DE CADA COSA...

Detrás de cada cosa hay algo para aprender,
Detrás de cada noche hay un nuevo amanecer,
Detrás de cada mañana un nuevo desafío por ver,
Detrás de cada amigo un nuevo amigo por conocer,
Detrás de cada rayo hay un trueno para escuchar,
Detrás de cada enfermo una ocasión para consolar,
Detrás de cada niño hay una puerta para amar,
Detrás de cada flor un momento para alabar,
Detrás del calvario mismo una mano para perdonar,
Detrás de una tumba vacía un salvador por contemplar,
Detrás de cada hermano una ocasión para dar,
Detrás de cada humano un terreno para cultivar,
Yo solo se que cada cosa esconde algo por ver,
Yo se que aun tus ojos tienen algo que esconder,
Pero el espíritu nunca dejara hoy de beber el agua tan
cristalina que siempre quiere correr,
Dejame entender lo que mis ojos no ven,
Dejame saborear mas allá del mal lo que es el bien,
Dejame encontrar la paz en la turbación,
Y nunca, nunca sacrificar la belleza, por la perdida de la visión.