domingo, 14 de abril de 2013

Más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.



Mateo 19:24 "Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.”

El ojo de una aguja era un portón que tenían en la parte lateral para entrar a la Cuidad amuralladas de Jerusalém. La puerta principal se cerraba después de cierta hora y los mercaderes tenían que entrar por el “ojo de una aguja”, el cual se le hacia muy difícil entrar a un camello. Había que quitarle su carga, arrodillarlo y hacerlo entrar por ese portón. Jesucristo pronunció estas palabras para enseñar una lección a sus discípulos. Un joven gobernante rico acababa de rechazar la invitación de seguir a Jesús y disfrutar de muchas oportunidades espirituales magníficas. Decidió apegarse a sus muchas posesiones en vez de seguir al Mesías. Jesús no estaba diciendo que era completamente imposible que un rico obtuviera vida eterna en el Reino, pues hubo personas acaudaladas que le siguieron. (Mateo 27:57-58) " Cuando llegó la noche, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que también había sido discípulo de Jesús. Este fue a Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato mandó que se le diese el cuerpo. Y tomando José el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia, y lo puso en su sepulcro nuevo, que había labrado en la peña; y después de hacer rodar una gran piedra a la entrada del sepulcro, se fue. Sin embargo, es imposible que obtenga vida eterna un rico que ame más sus posesiones que las cosas espirituales. Solo si reconoce su necesidad espiritual y busca la ayuda divina puede recibir la salvación que Dios otorga. (Mateo 5:3) "Bienaventruados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos." DTB

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